domingo, 16 de septiembre de 2012

Primal Scream en el PEPSI MUSIC 2011: Fiesta de baja efervescencia



Muchos fuimos arrastrados a GEBA con la expectativa de asistir a una fiesta fogonera neo-hippie colmada de cuerpos danzantes  al ritmo de la fusión entre rock and roll, góspel  y electrónica que tan genuinamente supo mezclar Primal Scream en su celebrada obra cumbre Screamadelica.
El incentivo probablemente se vio aún más reforzado al cumplirse 20 años de la salida del disco al mercado, celebrado con una reedición y una gira mundial que los llevó a anclar su paso por tercera vez en Argentina.
Pero Bobby Gillespie y su banda dieron una presentación en el festival Pepsi Music de solo 11 temas con un sabor un tanto amargo, distinto al imaginado por varios entusiastas.
El show arrancó con la ganchera ‘Moving On Up’, de notorias bases stone en mixtura con coros negros de alusión religiosa que, lejos de provenir de un esperado grupo de coristas, fueron sampleados de pista. Acto siguiente, sonó  la marchosa ‘Slip Inside This House’, un cover de los psicodélicos 13th Floor Elevators llevado al campo dance, para luego dar lugar a ‘Don’t fight it, feel it’, un track netamente acid house entonado por la potente garganta soul de Mary Pierce, vocalista que entró en reemplazo de la originaria Denise Johnson.
La lista de temas fue alterada del orden original y, así como empezó con los zumos en alto, luego hizo un descenso símil al de bajar a la realidad una vez consumado el estado extasiado de efecto narcótico.
La balada ‘Damaged’ salió un tanto accidentada por falencias en el sonido, que no permitía escuchar la voz ni gran parte de los instrumentos al menos hasta pasada la mitad del tema. Dejando a un costado el episodio, la tranquila densidad e inercia siguió presente en el aire al momento de ‘I’m coming down’ e ‘Inner flight’, dos trances cósmicos que terminaron de elevar a los presentes a un paraíso celestial con ‘Higher than the sun’. Pero a tanta altura se hizo difícil resucitar el espíritu rockero de guitarras y, si bien la noche repuntó con el himno ‘Loaded’ (dedicado oportunamente a Maradona), en el que Bobby arengaba a la participación de un distante y adormecido público que muy tímidamente bailaba, ni siquiera su invitación a la unión en un ritual orgiástico masivo dado por ‘Come Together’ despertó fervor en la gente.
Probablemente el factor que cortó el feedback y la vibra enérgica del show entre los músicos y la gente  fue la magnitud del campo VIP, cuyas vallas ocupaban hasta la torre de sonido y faltaba llenarse en capacidad.
La última tríada de bises, con los músicos impávidos sobre el escenario sin ir tras bastidores para luego volver, generó apenas un poco más de revuelo con el hit ‘Country Girl’  seguido por ‘Jailbird’ y la movediza y rollera ‘Rocks’. Pero justo cuando la fuerza parecía empezar a levantar la noche y a recuperar los ánimos, ya el show estaba en su tramo final.
Sudamérica fue en el mapa uno de los últimos destinos del tour y, salvo por los agraciados ademanes y movimientos de Gillespie, el cansancio y el poco tacto de la banda fue palpable, dejando el gusto de haber sido otro show más al paso.
Los años pasaron, e intentar despertar algo que surgió por alineación de los astros hace dos décadas, sin dudas hoy no tiene la misma sustancia ni frescura que en el ’91.
Txt: María Gudón
Foto utilizada en el blog: cortesía de VOMB

Crónica de show escrita para UltraBrit




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