viernes, 28 de marzo de 2014

‘Her’ de Spike Jonze



¿Se puede estar platónicamente enamorado de un sistema artificial que entienda las necesidades humanas de cabo a rabo pero que no sea tangible en el plano real? De este cuestionamiento parte Her, la nueva película de Spike Jonze, el famoso director devideoclips y cineasta detrás de Adaptation, Being John Malkovich y Where The Wild Things Are.

El film cuenta la historia de Theodore (Joaquin Phoenix), un escritor que trabaja plasmando sus emociones en las cartas de otras personas. Éste vive en una retrofuturista, hipster y urbanizada California atestada de rascacielos donde los rayos de sol bañan todo en una cálida y nostálgica postal en color pastel (el mérito en esa identidad visual cosmopolita corre por cuenta del director de fotografía sueco Hoyte Van Hoytema).

Theodore es un ser muy solitario e individualista que, abandonado por su gran amor Catherine (Rooney Mara), a quien vive recordando en flashbacks, se refugia en la esfera tecnológica de los videojuegos y la virtualidad. Así es como llega hasta Samantha (caracterizada por la personal y sensual voz de Scarlett Johansson), un sistema operativo informático de última generación diseñado para comprender y compatibilizarse con sus emociones y personalidad. Comienza entre ambos una extraña relación que provoca un fuerte lazo emotivo, el lugar para replanteos, escenas de celos y hasta el intento de sexualizar el vínculo a través del alquiler de un cuerpo intermediario.

Tanto Theodore como Samantha atraviesan un viaje exploratorio y de aprendizaje que inicia con incertidumbre pero que logra ecualizarse: él, devastado ante la ruptura amorosa y con grandes problemas de socialización, recurre en su angustia y vacío al amor de artificio interactuando en una relación de dos dimensiones. Ella, en el afán de evolucionar al siguiente paso de inteligencia, quiere explorar, descubrir y sentir cómo lo hace una persona, llegando al extremo de transgredir las normas, desdibujando la limitación entre lo posible e imposible, un tema también trabajado  anteriormente por Jonze en el corto  I’m Here.

Obviando la premisa poco convencional de la trama real/digital, lo interesante es ver la ambivalencia generada alrededor del amor por fuera del envoltorio en que se presenta: lo agradable y lo doloroso, las expectativas iniciales con un nuevo objeto de deseo en el lento tránsito hacia la recuperación anímica, los desencuentros con oportunidades que están servidas en la palma de la mano y que se ignoran debido a la incomunicación y a no poder interpretar las señales de la naturaleza por estar insertos en el universo tablet / smartphone.

La mirada de Jonze, por sobre todas las cosas, se posa con lupa de aumento (aunque sin caer en la crítica ni el cuestionamiento) en el grado de aislación y dependencia tecnológica para relacionarse y expresarse en el siglo XXI, una realidad que avanza cada vez a pasos más firmes y que atenta contra la durabilidad de los frágiles nexos, alimentando conductas de autismo y alienación social.

Spike Jonze no plantea una situación inverosímil en clave sci-fi, sino un posible escenario a futuro si el ser humano sigue supeditando y confiando sus necesidades a las máquinas: la de encontrar y suplir en éstas la carencia de afecto humano, un panorama moderno tan desolador como válido.

Quizás por eso la película fue mal recibida y cuestionada por varios: la audiencia termina siendo voyeur de la privacidad de los personajes y de cómo construyen una conexión distópica en cercanía distante. Su historia puede ser el espejo que desnuda una verdad que nos roza: la soledad de la que estamos hechos en estos tiempos de alta tecnificación y poca profundización con lo elemental, urgente y circundante.


Txt: María Gudón

Nota hecha para el sitio VOMB













Otras películas recomendables de ver dentro del estilo:

- Medianeras (Dir. Gustavo Taretto) 2011
- Blade Runner (Dir: Ridley Scott) 1982
- Simone (Dir: Andrew Niccol) 2002
- The Zero Theorem (Dir: Terry Gilliam) 2013
- Artificial Intelligence: A.I (Dir: Steven Spielberg) 2001
- Eternal Sunshine of A Spotless Mind (Dir: Michel Gondry) 2004
- Ruby Sparks (Dir: Jonathan Dayton / Valerie Faris) 2012
- Lost In Translation (Dir: Sofia Coppola) 2003


- Capítulo de la serie inglesa Black Mirror ‘Be Right Back’


Lista de robots femeninos que han generado suspiros en el mundo del cine.






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Conectando esto, acá va una playlist que puede tener que ver también en algún punto con esta idea de enamoramiento cyborg.

En una sociedad distópica llena de clones programados, dos robots se enamoran. Por primera vez y a excepción de otras máquinas, comienzan a sentir emociones por fuera de su funcionamiento mecánico y rutinario…después de todo, las leyes de la física mecánica se pueden corromper: fueron creados por humanos.

La lista de temas, justamente, son susurros robóticos en vocoder que, pese a la frialdad electrónica, transmiten más calor y tienen más vida que otras relaciones de carne y hueso

Tracklist



Playlist


lunes, 17 de marzo de 2014

Mac DeMarco en Vorterix: el lo-fi que va en camino al éxito



Mac DeMarco, el pichón de la generación Pitchfork hacedor de flotantes melodías lo-fi  salido de la escuela de Ariel Pink, DIIV y Beach Fossils, pasó por Buenos Aires como una de las primeras visitas del año, tocando en una veraniega noche de sábado ante un Vorterix lleno.

El cantautor canadiense sub 25 llegó en un momento ideal: tras el crecimiento que le representó su recomendable debut 2 y frente a la expectante presión que implica el famoso segundo disco sucesor, que saldrá a la venta a comienzos de Abril bajo el ala del sello que lo apadrinó, Captured Tracks.

DeMarco, una cruza entre Elijah Wood y el desfachatado Dude Lebowski, sube al escenario vestido de entrecasa abanderando la pose anti-estilo con un jardinero y el pelo revuelto. Lo primero que hace es presentar a su banda, algo que dicta que la noche se saltará de la norma, ya que usualmente se estila a hacerlo promediando la mitad o el final del show.

El público tiene el privilegio de ser conejillo de Indias y testear los nuevos temas, que, como él anuncia, solo fueron tocados en vivo en otras dos oportunidades más.

Así, el show abre con ‘Salad Days’, el track que titula a su segunda obra y continua con otras prometedoras gemas nuevas como ‘Blue Boy’,‘Treat Her Better’ o ‘Let Her Go’, canciones más oscuras y personales que aún conservan los riffs circulares y pegadizos de cuerdas.

Antes de cantarle el cumpleaños al guitarrista Peter y de pedir para el brindis una botella de whisky compartiendo shots con el público, hace un breve repaso por su primer álbum con ‘The Stars Keep on Calling My Name’ para volver a develar más material nuevo. Los dos adelantos que estuvieron rotando en los medios, la slow jam melosa ‘Brother’ y el corte beatleroPassing Out Pieces’ (que se basa en un redundante Minimoog) se destacan como los puntos más altos dentro de lo nuevo que el cantante tiene bajo el brazo.

La oda a lospuchos Viceroy genera ovación y el clímax narcótico invita a que varios porros se enciendan al unísono y una serie de cigarrillos sean despedidos cual misiles hacia el escenario en señal de ofrenda tabaquera.

Mac es un tipo de placeres simples: disfruta de hacer canciones sencillas sobre cosas cotidianas: el ritual de fumarse un cigarro, la vida familiar y el plato de comida que le cocinan sus viejos (‘Cooking Up Something Good’) o dar que hablar en su barrio freakeando a la vecindad con sus locuras (‘Freaking Out TheNeighborhood’). Lo interesante es la frescura con que traduce su mundo: atractivos arreglos de violas à la Johnny Marr, pop volátil en forma de balada y dope psicodélico en un cóctel sonoro bautizado por él como jizz-jazz. Su humor on-stage merece un párrafo aparte: vendiendo por momentos más la imagen de comediante de stand-up que de músico.

El show se redondea con otras dos novedades: la sentimental y sensual ‘Let My Baby Stay’ y ‘Chamber Of Reflection’, que incorpora sintetizadores ochentosos. A esta altura DeMarco y el público ya están en total  confianza y el gran cierre viene dado, con moshpit de por medio, por ‘StillTogether’.

Sin mucho reclamo, los bises no tardan en llegar: haciendo marcha atrás con ‘Rock and Roll Nightclub’ (su momento más glamrockero), que culmina con un beso de lengua con el bajista, y un bizarro cover country a ‘Unknown Legend’ de Neil Young.

Mac trasladó la informalidad y el despojo a kilómetros de su casa, logrando que el teatro de Colegiales se sintiera como un cómodo y cálido ensayo de living room  para 1500 personas. Nada poco meritorio sabiendo que todavía está en sus dulces veintes y que tiene un camino adelante por explorar.


Txt: María Gudón

Ph: Mara F. Mertens / Matías Casal

Nota hecha para VOMB