Probablemente Gabriel Boccazzi pudo
meterse mejor que nadie en la piel de Litto Nebbia y sus Gatos al sentirse un
‘náufrago’ vagando en las aguas de su propia ciudad.
Tenía la idea de irse al lugar que más
deseaba (Inglaterra).Y
con poco a cuestas, construyó una
balsa para zarpar por nuevos destinos.
A priori el viaje tenía como objetivo en
la mira el alistado en el conservatorio Royal Academy of Music de Londres, ya
que el violín y la música clásica eran dos de sus grandes vocaciones. Pero dada
la dificultad del exámen de ingreso, el benjamín Boccazzi se inclinó por su
segunda pasión sin correrse del plano musical: ese amor por el merseybeat de
los tempranos sesentas que encandilaba a chicas enamoradizas e histéricas,
animaba fiestas de baile mod y por fín tenía gusto a verdadero rock and roll
anglosajón despojado de influencias norteamericanas.
Instalado en el Camden, así fue como el
‘argie’ de a poco fue entablando amistades hasta conformar lo que hoy se conoce
como The Draytones: un cuarteto de amigos aficionados al sonido vintage de
distorsión desprolijamente cuidada, obtenido a partir de antiguas consolas y
cajas de sonido y amplificación Vox y Orange.
La formación de estos fanáticos del
espíritu y la estética beat cuenta
con Luke Richardson en baterías y percusión, Chris LeGood a las cuerdas del
bajo, Andy Pickering al comando de los teclados hammond y su fundador, Gabriel
a cargo de la guitarra (preferentemente Gretsch, a lo Chet Atkins).
Sucede que en Inglaterra hay una movida
cultural intensa, siempre anclada en el foco del público jóven. Los medios
gráficos como la revista NME, Mojo o Wire y los sellos discográficos
independientes actúan como cazatalentos con el fin de encontrar aquella nueva
promesa musical que vuele los sesos de los más exigentes e insaciables
melómanos que buscan estar en la cresta de la ola en cuanto a tendencias
musicales hablemos.
Con apenas más que un myspace y un par de presentaciones en
vivo en los lugares adecuados, la prensa puede efectivamente poner el ojo en
una banda y llevarla a repuntar su nombre en cuestión de muy poco tiempo. Algo
así sucedió con los Draytones.
James Endeacott (responsable del
surgimiento de The Strokes y The Libertines para Rough Trade Records) los
contrató luego de apreciar lo que hacían en vivo, para su nuevo sello 1965
Records.Y, acto seguido, la mano del productor Stan Kybert los llevo a
encerrarse a grabar un EP de tan solo seis temas que bastaron como para que el
legendario ‘Modfather’ de The Jam, Paul Weller los escuchara y tuviera en cuenta
para telonear una de sus giras (entre otros beneficios como formar parte de un
cd de música seleccionada adjunto a la
NME y tocar en festivales de escala masiva de la talla del
Glastonbury o SummerSonic).
Pero la banda desató algo de repercusión
y consiguió hacerse un lugar también del otro lado del Atlántico, en nuestro
país, cuando adoptó como logo en el parche de la batería la unión
anglo-argentina de banderas e incluso fue invitada a tocar en las Islas
Malvinas. Según sus miembros, esto se dió con el fin de derrumbar viejos mitos
y resentimientos y consolidar la fusión de los dos países, ya que culturalmente
hay muchas cosas que nos unen además de la música.
De los primeros años de gira y ensayos
(2007), salió el EP titulado ‘Forever on‘,
que tiene temas bastante variados entre sí pero que nunca pierde el
registro british en
su sonido.
Este arranca con el corte ‘Keep loving me‘, un tema netamente garagero que
cuenta con líneas de guitarras invertidas, baterías con hi-hats resonantes y
una distorsión potente que rememora tanto a los primeros Kinks como a los
chillones Hives. (Esa búsqueda por lo retro no
solo se palpa escuchándolos, es aconsejable ver también el video que acompaña a
la canción: proyecciones psicodélicas de fondo al estilo Club UFO en los sixties
filmadas con una Super8).
Sigue la swingera ‘Out of this world‘, de carácter más
jazzero, como rememorando al nostálgico y virtuoso guitarrista Django Reinhardt
precedida por ‘Not alone‘,
quizás el momento más conmovedor del puñado de temas. Recuerda muchísimo a la
sensibilidad e inocencia con que Paul McCartney componía al piano en los
Beatles pero también a hits actuales de esencia puramente inglesa como
‘Songbird’ (Oasis) o ‘Eleanor put your boots on’ (Franz Ferdinand). Esta tiene
un puente de enganche con ‘Time‘
que evoca con los ojos cerrados a discos como ‘Face to face’ o ‘Something else’
del grupo de los hermanos Davies, al igual que sucede con ‘4 years‘ una canción de mayor oscuridad
entonada por Luke, tocada con la sutileza de lo que parecerían ser egg shakers
y escobillas, que le dan un clima de lo más acústico.
El EP cierra con la circense y dixieland
‘Trafalgar square’, un relato de las tardes veraniegas londinenses que tiene
variaciones melódicas a lo Robyn Hitchcock y Syd Barrett (ver Effervesching
Elephant, Love you).
Así vemos que es imposible escuchar a
los Draytones sin evitar que se infiltre en nuestros oídos la influencia de
otros grupos de antaño, puesto que sentaron las bases de lo que hoy ellos están
haciendo. Pero a su vez, también es legible que forman parte de una nueva
camada de rock inglés obsesionada por rescatar lo mejor de sus antecesores que
se inició en los primeros 2000 y aún sigue en boga.
Y lo mejor de todo, es que gracias a la
ambición de conquista, a la pasión por lo musical y a la necesidad de
comunicación de este grupo, y más especialmente de su cantante, hay un
intercambio cultural que no solo importa rasgos y trae pequeños pedacitos del
suelo inglés hechos canciones, sino que también lleva para las tierras anglosajonas
parte de nuestro legado de rock nacional rioplatense en sus primitivos
orígenes.
Modo de uso:
Cuándo escucharlo: Cuando quieras saber lo que es
teletransportarte en el Delorean a los años 60′s
Cómo escucharlo: Bailando como un mod
Donde: En una habitación oldie con muchos
vinilos, lámparas de lava, muebles retrofuturistas y moda de Courrèges
Se recomienda guardar
en la discoteca entre:
Los Mockers – The Original Recordings 1965-1967
Los Shakers – Shakers
for you (1966) y La conferencia
secreta del Toto’s Bar (1969)
Los Gatos – Los
Gatos (1967)
The Kinks – Face to face (1966) y Something
else (1967)
The Beatles – Please, plase me (1963) y Wiith the Beatles
(1963)
Algo de Pink Floyd – The Piper at the gates of dawn (1967)
Syd Barrett – Barrett (1970)
Babyshambles – Shotter’s nation (2007)
The La’s – The
La’s (1990)
Fecha de vencimiento: Es clásico. Aunque tu paciencia puede
caducar cuando el retro-rock no te seduzca más y quieras volver a desempolvar
aquellos viejos discos de legendarias bandas que escuchaban tus viejos
Txt: María Gudón
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