domingo, 16 de septiembre de 2012

Sonic Youth en el Personal Fest: trance electrificado y demoledor



El interrogante se desató hace algunas semanas atrás: una de las parejas más longevas del rock se separaba: Kim Gordon y Thurston Moore. De ahí en más un desencadenamiento de preguntas vino arraigado: ¿será que el guitarrista busca navegar en nuevos mares musicales anteponiendo su carrera solista para presentar su más reciente disco folk, Demolished Thoughts?¿Cuál es el panorama a futuro de Sonic Youth? ¿Se disuelven como banda luego de casi tres décadas en el ruedo? ¿O siguen firmes pese a los obstáculos de ser parte de una misma familia?

Las dudas existenciales que carcomían a sus seguidores se verían en cuestión de días en vivo, con la visita de la banda al país por segunda vez, tras once años de espera. Precisamente, encabezando la segunda noche del Personal Fest.

Con un line-up de artistas tan antagónico como dispar, luego de que INXS y Calle 13 cedieran el turno (algo atrasado), fiel a su estilo, con muy bajo perfil, la banda neoyorquina apenas se reportó en el escenario para comenzar a desplegar su propuesta de distorsión guitarrera.

La apertura fue dada por ‘Sacred Trickster’ seguida de ‘Calming the snake’, dos canciones de su última placa The Eternal en las que Kim Gordon definió su lugar de madama del rock como frontwoman, poniendo algo más que ovarios con desaforados gritos a lo Patti Smith, acompañada de una aplanadora bola sónica.

Acto seguido, repasan dos temas de Sister, su disco del ‘87, haciendo sonar a ‘Cotton Crown’ y a la oscura ‘Stereo Sanctity’ tan frescas como en el momento en que las dieron a luz.

Lee Ranaldo, el otro violero encargado de desatar gran parte de la furia ruidosa, puso la voz en ‘Hey Joni’, acechado por la machacante e insistente batería de Steve Shelley, que resonaba al son de unos titilantes y enceguecedores juegos de luces.

Cabe destacar que la formación ahora tiene más cuerpo y fuerza que de costumbre porque cuenta con un quinto miembro, el ex bajista de Pavement, Mark Ibold, un factor que se encargó de amalgamar lo disociadas que podían llegar a estar las aguas. Si es que había tensión, no llegó a notarse dado que cada uno estaba entregado a la experiencia de tocar su instrumento, con la cabeza gacha, sin reparar demasiado en la respuesta del público ni en interactuar en otro plano que no fuera el musical.

Durante la jornada también sonaron gemas de su aclamado álbum Daydream Nation, reclamando su puesto ‘The Sprawl’ y ‘’Cross the breeze’, en los que sobraron ejemplos de disonancias, acoples y muestras de que ‘todo vale’ para generar caóticos chirridos frotando el diapasón: desde el arco de un violín, una palanca o un drumstick, hasta llegar a un ventilador (!) y a castigar al instrumento de cuerdas arrastrándolo por el piso.

Lo de Sonic Youth claramente no son propuestas de canciones convencionales: abundan los finales abiertos, las improvisaciones, las descargas de violencia, y el desdibujamiento de los límites estructurales entre estrofa /estribillo, pero justamente ahí es donde reside el encanto: en permanecer asborto frente a un viaje climático de stoner rock alternativo.

La jornada estaba llegando a su pico más alto cuando tocaron la ‘Intro’ que abre Bad Moon Rising (1985) en un enganche con ‘Brave me run’ y la macabra ‘Death Valley ‘69’.

Luego vino ‘Sugar Kane’, pero ni bien culminó, la banda apenas tuvo tiempo de despedirse que las luces del estadio ya estaban encendidas invitando a que se retirara para darle el cetro a un DJ. El tiempo excedido de las performances anteriores les jugó en contra y fue descontado. Guardaban un as bajo la manga en los bises: el infalible himno de toda una generación que alguna vez fue adolescente, ‘Tennage Riot’.

Todo quedó inconcluso, con un público perdido de confusión entre el cosmos desorbitado del noise y la obligada pregunta de: ‘¿esto fue todo?’

Aún resulta incierto el rumbo del grupo, pero por lo menos hasta esa noche aquella juventud sónica, aquel grito a la libertad, seguía sonando vivo con la misma potencia y eco que en el pasado. ¿Acaso importa algo más que eso?

Txt: María Gudón

Ph: Pancho Monti

Cobertura de show realizada para VOMB



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