El interrogante se
desató hace algunas semanas atrás: una de las parejas más longevas del rock se separaba: Kim Gordon
y Thurston Moore. De ahí en más un desencadenamiento de preguntas vino arraigado: ¿será
que el guitarrista busca navegar en nuevos mares musicales anteponiendo su carrera solista para
presentar su más reciente disco folk, Demolished Thoughts?¿Cuál es el panorama a futuro de
Sonic Youth? ¿Se disuelven como banda luego de casi tres décadas en el ruedo? ¿O siguen firmes
pese a los obstáculos de ser parte de una misma familia?
Las dudas existenciales
que carcomían a sus seguidores se verían en cuestión de días en vivo, con la visita de la banda
al país por segunda vez, tras once años de espera. Precisamente, encabezando la segunda noche del
Personal Fest.
Con un line-up de
artistas tan antagónico como dispar, luego de que INXS y Calle 13 cedieran el turno (algo atrasado),
fiel a su estilo, con muy bajo perfil, la banda neoyorquina apenas se reportó en el escenario para comenzar
a desplegar su propuesta de distorsión guitarrera.
La apertura fue dada
por ‘Sacred Trickster’ seguida de ‘Calming the snake’, dos canciones de su última placa The
Eternal en las que Kim Gordon definió su lugar de madama del rock como frontwoman, poniendo
algo más que ovarios con desaforados gritos a lo Patti Smith, acompañada de una aplanadora bola
sónica.
Acto seguido, repasan
dos temas de Sister, su disco del ‘87, haciendo sonar a ‘Cotton Crown’ y a la oscura ‘Stereo
Sanctity’ tan frescas como en el momento en que las dieron a luz.
Lee Ranaldo, el otro
violero encargado de desatar gran parte de la furia ruidosa, puso la voz en ‘Hey Joni’, acechado
por la machacante e insistente batería de Steve Shelley, que resonaba al son de unos titilantes
y enceguecedores juegos de luces.
Cabe destacar que la
formación ahora tiene más cuerpo y fuerza que de costumbre porque cuenta con un quinto
miembro, el ex bajista de Pavement, Mark Ibold, un factor que se encargó de amalgamar lo
disociadas que podían llegar a estar las aguas. Si es que había tensión, no
llegó a notarse dado que cada
uno estaba entregado a la experiencia de tocar su instrumento, con la cabeza gacha, sin
reparar demasiado en la respuesta del público ni en interactuar en otro plano que no fuera el musical.
Durante la jornada
también sonaron gemas de su aclamado álbum Daydream Nation, reclamando su puesto ‘The Sprawl’
y ‘’Cross the breeze’, en los que sobraron ejemplos de disonancias, acoples y muestras de que ‘todo
vale’ para generar caóticos chirridos frotando el diapasón: desde el arco de un violín, una
palanca o un drumstick, hasta llegar a un ventilador (!) y a castigar al
instrumento de cuerdas
arrastrándolo por el piso.
Lo de Sonic Youth
claramente no son propuestas de canciones convencionales: abundan los finales abiertos, las
improvisaciones, las descargas de violencia, y el desdibujamiento de los límites estructurales
entre estrofa /estribillo, pero justamente ahí es donde reside el encanto: en permanecer asborto
frente a un viaje climático de stoner rock alternativo.
La jornada estaba
llegando a su pico más alto cuando tocaron la ‘Intro’ que abre Bad Moon Rising (1985) en un enganche
con ‘Brave me run’ y la macabra ‘Death Valley ‘69’.
Luego vino ‘Sugar
Kane’, pero ni bien culminó, la banda apenas tuvo tiempo de despedirse que las luces del estadio ya
estaban encendidas invitando a que se retirara para darle el cetro a un DJ. El tiempo excedido de las
performances anteriores les jugó en contra y fue descontado. Guardaban un as bajo la manga en
los bises: el infalible himno de toda una generación que alguna vez fue adolescente, ‘Tennage
Riot’.
Todo quedó inconcluso,
con un público perdido de confusión entre el cosmos desorbitado del noise y la obligada
pregunta de: ‘¿esto fue todo?’
Aún resulta incierto el
rumbo del grupo, pero por lo menos hasta esa noche aquella juventud sónica, aquel grito a
la libertad, seguía sonando vivo con la misma potencia y eco que en el pasado. ¿Acaso importa
algo más que eso?
Txt: María Gudón
Ph: Pancho Monti
Cobertura de show realizada para VOMB
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