La mansión Playboy hoy podrá estar en decadencia plagada de
Barbie-Dolls de quirófano con silicona y botox, pero hubo un momento entre la
década de los ‘60s y los ‘70s en que fue el imperio dorado: el cuerpo de
la mujer era curvilíneo, pulposo y sin intervenciones quirúrgicas, casi como el
templo sagrado, la estatua de la libertad a la que varios bachelors con poder y recursos querían visitar.
¿El lugar de
atracción? La residencia de Hugh Hefner, antiguamente ubicada en Chicago y posteriormente
trasladada a Los Ángeles.
Hombres sedientos de
acompañantes cual Don Draper (Mad Men) caían a las fiestas exclusivas, tomaban unos
cocktails, debatían sobre negocios, jugaban al póker, la ruleta u otros juegos
de casino para luego zambullirse en la cascada rocosa (o gruta) y relajarse en
el sauna.
Las playmates,
ataviadas en escotados corsets palabra de honor con cola y orejas de
‘conejitas’ añadidas como parte del outfit, hacían su gracia con danzas burlesque y luego de servir a los hombres
en recepción se dirigían con ellos a la habitación, para llevar al terreno de
la realidad las fantasías privadas.
Este es un mixtape que
tiene por objetivo ambientar esas fiestas con sonidos vintage: jazz
noir instrumental y susurrado, swing, easy listening, americana y otros géneros.
Recepción y bienvenida
Jackpot y juegos de casino
Cocktails à la carte
Burlesque, à go go
Famosos en el Club Playboy
Jackie Wilson
Bill Wyman
John Lennon
Frank Sinatra
Playmates o honey bunnies
Aerolíneas privadas Playboy
No hay comentarios:
Publicar un comentario