Hoy es el
día de San Valentín, 14 de Febrero. Una festividad que poco tiene que ver con Sudamérica cuya
proveniencia se le adjudica más a las latitudes superiores del Tío Sam.
Hace rato
que varios experimentan una desilusión y desapruebo con la fecha conmemorada y
expresan su repudio como ‘anti cupidistas’.
Detrás del rechazo pueden haber varios motivos: la dureza de mostrarse
impávidos ante cualquier muestra de cursilería manifestada en rosas, chocolates
u ositos de peluche, la oposición a tomar una tradición extranjera y adoptarla
como propia favoreciendo a la red de comercio capitalista o, posiblemente el más común, el escondite de un corazón hecho añicos que cayó preso de las garras
del amor y en algún momento fue herido.
En el
mundillo del rock muchos artistas le han cantado a objetos de afecto perdidos,
dejando a la superficie sus descarnados sentimientos y desnudando su capacidad
emocional.
Justamente,
en parte, de eso mismo trata el Blues,
un género musical de base africana que se trasladó rápidamente al sur
estadounidense, cobrando vida en cánticos espirituales de lamento por
explotación y en plegarias a Dios rezadas por los recolectores negros en los
campos de algodón.
Tiempo más
tarde, cuando comenzó a diversificarse y a mezclarse con el rock, logrando la
fusión en rhythm and blues y blues psicodélico, aunque las bases
rítmicas se mantuvieron incorporando algunos cambios (rulos y fills de batería
recargados y trastabillados, solos virtuosos guitarreros extensos) las letras,
para ser más gancheras y atrapar a la juventud tuvieron que buscar un
nuevo tópico al que apuntar, ya que lo teocéntrico y celestial no estaba dando mucho
resultado en aquellos oídos que escuchaban rock blanco. Ahí es cuando aparecen
las desilusiones amorosas, la obsesión y la manipulación posesiva sobre una
mujer y su cuerpo, el magnetismo femenino como arma de seducción y
embobamiento, los deseos de cambiar al mundo por ser un lugar que no albergaba
las expectativas de muchos, el sexismo en un contexto predominantemente
machista y otras cuestiones que pueden escuchar en las letras de los temas de
la playlist.
De eso
trata el listado de tracks de hoy: la desgarradora tristeza expresada a través
de Blues, un género musical envestido
en tonalidades azules oscuras y profundas que deja aflorar su melodrama
mediante gritos, punzantes voces y
guitarras que lloran. Catársis hecha música acá:
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