Como en una novela, Weyes Blood retoma la historia de Titanic Rising (2019) con la secuela de su trilogía conceptual, justo donde quedó pausada en el mundo pre-pandémico. Si el primer tomo navegaba las aguas de lo incierto, viendo desde la superficie cómo se asomaba la punta del iceberg que hundiría al barco catastróficamente, tres años más tarde en And In The Darkness, Hearts Aglow ésta náufraga toma aire y coraje para sumergirse en lo profundo del océano y descubrir el impacto emocional del choque.
'Si no hay más nada que pueda decir sobre lo externo -porque ahora todos saben qué está pasando y cómo se siente- entonces hay que ir a lo interno'', menciona la líder del grupo Natalie Mering en una entrevista con FLOOD. Llegar al centro de las emociones a veces requiere despojo y con la música ocurre lo mismo. Nuevamente el productor Jonathan Rado (Foxygen) comandó el viaje pero en una dirección distinta: lejos del barroquismo y la densidad, acá privilegió la introspección depurada. Para captar ese espíritu íntimo la banda grabó en simultáneo y en cinta desde los Eastwest Studios, un espacio con mística propia que albergó a artistas como Everly Brothers, Mamas & The Papas o Elvis, además de ser la casa donde los Beach Boys dejaron huella con Pet Sounds (1966).
Estas canciones ensoñadoras y melancólicas cuentan una historia simple y lineal que va sumando elementos que la complejizan, por lo que no es extraño que maduren con las escuchas. ''Children of the Empire'', o lo que podría ser un himno de Brian Wilson era Surf's Up, tiene ese poder y es un canto urgente al trono que recibirán los herederos, donde apremia la unión y acción por preservar las ruinas a futuro.
El folk psicodélico ''Grapevine'', al igual que ''Twin Flame'', es donde la dinámica afectiva se manifiesta en forma más obvia. La primera es la ruta de encuentro de dos amantes que, por narcicismo, terminan yendo en sentido contrario (''Si un hombre no puede ver su sombra, puede tapar tu sol todo el día. Puede hacerte pequeña, tiene el poder de sacarte su amor''). Mientras que ''Twin Flame'', donde se introduce novedosamente la textura de una batería electrónica, ironiza sobre la idea de las almas gemelas y la fecha de expiración de las relaciones cuando la balanza se inclina en favor de un solo lado (''ahora nuestras horas se sienten tan contadas y pequeñas, sosteniendo el amor solo por mantenerlo'').
Dos años de encierro privados de contacto erosionaron los vínculos humanos con el afuera, borrando los límites temporales y dejando consecuencias de las que hoy estamos saliendo sin entender demasiado hacia donde avanzar. La pandemia interfirió en la salud mental, la soledad y el acelere capitalista del que habla la canción folk-pop ''The Worst Is Done''.
''Creo que había una esperanza de que en la post-pandemia todos íbamos a ser más unidos y a reconstruir este mundo nuevo. Desafortunadamente, nos inclinamos aún más en nuestros teléfonos y la gente que no debería haberse vuelto más rica transformó exponencialmente su riqueza. Es un pequeño insulto a las heridas personales y creo que eso también está perpetuando esta sensación de malestar'' completa.
La última chispa de optimismo aparece al cierre del disco introducida por un piano en ''A Given Thing'', un final abierto donde queda la página en blanco para el próximo capítulo: un amor sano que no se limite ni implique esfuerzo, sino que fluya como fuerza natural entre dos polos alineados en la misma frecuencia. Algo recíproco que quizás la humanidad necesite en estos tiempos para volver a empatizar y conectar con lo esencial.
Si, citando la película Titanic, ''el corazón de una mujer es un océano profundo lleno de secretos'', el disco es una buena apertura para conocerlos. Natalie Mering cerró un capítulo personal lanzando esta joya al océano y en una inmensidad de resonancias siniestras donde puede quedar perdida, el diamante brilla lo suficiente como para que cualquiera que bucee debajo de lo obvio pueda verlo. En la oscuridad y desilusión que vivimos, solo una persona con luz y una llama viva de esperanza por cambiar las cosas es capaz de crear sentido y transformar lo doloroso en poético y lo íntimo en una experiencia compartida.
Para archivarlo entre:
Weyes
Blood - Titanic Rising (2019)
Stevie
Nicks - Bella Donna (1981) / Wild Heart (1983)
Fleetwood
Mac - Rumours (1977)
Bob
Dylan - Blood on the tracks (1975)
George
Harrison – Living in the material world (1973)
Harry
Nilsson – A Little Touch of Schmilsson In The Night (1973)
The
Beach Boys – Surf’s Up (1971)
Carpenters
– Close To You (1970) / A Song For You
(1972) / Horizon (1975)
Joni
Mitchell – Blue (1971)
Judee
Sill – Heart Food (1973)
Joan
Baez - Diamonds & Rust (1975)
Laura
Nyro – Eli and the Thirteenth Confession (1968)
Enya
– Watermark (1988)
Julee Cruise - Floating into the night (1989)
The
Last Shadow Puppets - Everything you’vecome to expect (2016)
Beck
- Sea Change (2002)
Father
John Misty – Pure Comedy (2017) / God's Favorite Customer (2018) / Chloe and The Next 20th Century (2022)
Beach
House – Bloom (2012) / Depression Cherry (2015)
Julia
Holter – Have you in my wilderness (2015)
Sharon
Van Etten - Are we there? (2014)
Julia
Jacklin - Crushing (2019)
Brian
Eno – Another Green World (1975)
Julie London - Julie is her name (1955)
Roy Orbison - Lonely & Blue (1961)