En
tiempos en los que la cultura zapping
exige la renovación y alteración sensorial constante frente al riesgo de
ingresar en la inmediata apatía, no es de extrañar que los oídos de la
generación veinteañera se educaran con
sonidos desestructurados y abstractos en donde ciertas reglas de la vieja
escuela hayan mutado. Parte de este nuevo lenguaje tiene que ver con alterar
convencionalismos como prolongar la duración musical, crear climas que inviten
al oyente a viajar por varios estados a lo largo de una misma canción,
desdibujar los límites de dónde ésta comienza y termina o utilizar en el
proceso ciertos gadgets tecnológicos
propios de la presente era moderna.
Bandas
del plano internacional como Wavves, Arctic Monkeys, Tame Impala, MGMT o los
más longevos Mercury Rev y Flaming Lips
han sabido crear un estilo de esto, que trazando una bajada local repercutió
con un marcado sello rioplatense beat y
progresivo en los primeros pasos de
Banda de Turistas y La
Perla Irregular o en propuestas de carácter más emergente
como Sambara y, justamente, PLEXO RELAXO.
PLEXO
RELAXO plantea desde el vamos una comunión estético-musical. Ya la tapa que
ilustra su último EP Mientras Tanto…
(2013) (posterior a su primer EP indie
grabado en el 2012) deja entrever un
imaginario mundo en el que la psicodelia multicolor y el lo-fi se entrelazan en un collage geométrico, escheriano y caleidoscópico.
Algo
similar ocurre con su música.
A
lo largo de cinco temas, el quinteto de Olivos conformado por Rodrigo LalliGalean
(voz y guitarra), Manuel Canosa (bajo), Martín R. Delpech (segunda guitarra),
Alex Greiner (batería) e Iván Garbauskas (sintetizadores) logra sumergir al
oyente en aguas turbias de color ácido. Se trata de una experiencia submarina
en la que las vocales e instrumentación parecen provenir desde la superficie,
llegando con eco hacia abajo, provocando la confusión de estar absorto entre la
profundidad onírica y la proximidad real.
Posiblemente
esa mediación se deba a la producción d-i-y
(do-it.yourself) con que el EP carga: un balance entre el sonido artesanal de rescate
analógico en un contexto regido por medios digitales.
Relaxo
es un caso es donde la lírica pasa a un segundo plano y la propuesta más que en
lo cerebral pega de lleno en los sentidos.
‘Situar’
y ‘Pinturas de caballos’ son dos fuentes de escapismo hacia un universo sideral.
El fraseo sosegado y lánguido de LalliGalean, acompañado por una
instrumentación orgánica que otorga cierta desnudez y despojo acústico, parece
derretirse o desdibujarse sílaba a sílaba lentamente en el aire, provocando una
atmósfera flotante.
‘A
la cama’ es un intervalo instrumental que corta por lo seco el anterior clima en
el que los sintetizadores se llevan el protagonismo.
En
el track que bautiza al EP, este cuelgue astral y cósmico vuelve a manifestarse
como un mantra (‘Deja la Luna/ ¿Tan
embobado estás? de los satélites te buscan
y vos te asombras si un atardecer es rosa ’ (…) ‘me pierdo en el espacio, no veo qué hay más
allá’). Junto a ‘Detonare tu poder’, ambos temas arrancan calmos y van
cobrando fuerza a medida que avanzan, fusionando un caos ordenado de
modulaciones y efectos de pedales lisérgicos con un interesante colchón
texturado de teclados.
Como
su nombre lo indica, PLEXO RELAXO es un nexo en el que las conexiones nerviosas
y
sensitivas entran en plena relajación. Prueben escucharlos para comprobarlo
e ingresar en un estado alterado de conciencia sin estupefacientes.
Txt: María Gudón