Con las advertencias dadas, Elizabeth decide probar la sustancia fluorescente y en su interior algo se rompe para dar surgimiento desde las entrañas a Sue (Margaret Qualley), el sueño húmedo del productor Harvey (¿guiño a Weinstein?), quien le da el puesto como nueva conductora del show Pump It Up. Sue representa inocencia virginal, frescura, deseo y admiración, es una chica de poster Pagsa con curvas de efectos especiales. Su magnetismo traspasa la pantalla como producto publicitario, con primerísimos planos lentos y eróticos llenos de color y gloss por los que gana popularidad y ascenso meteórico como nuevo fenómeno del canal.
Y pasa lo imaginable: en ese switch constante entre una y otra, en el pasaje de los 20 a los 50, mientras Sue es alabada por su anatomía y vive una vida y carrera galopante, la veterana Elizabeth siente el peso de los años y el miedo a quedar en el olvido, entrando en una crisis depresiva con dependencia a la sustancia, al ver que jamás va a igualar ni alcanzar sus niveles de éxito. Un infierno personal que ocurre seguido entre las cuatro paredes del baño, el campo de batalla donde la mujer suele vivir más episodios de violencia, con el espejo, sus reflejos y fantasmas como principales enemigos.
Con este tour de force tras su debut Revenge (2017), la directora francesa Coralie Fargeat explora desde una perspectiva femenina temas como la obsolescencia corporal y sexualización en la industria del entretenimiento, las imposiciones rígidas de belleza (y el autodesprecio que puede generar no entrar en el cánon de validación masculina), el miedo a la decrepitud o la adicción a ''nuevas drogas'' modernas, que, en un plano no ficcional, bien podrían ser cirugías, cosméticos o tratamientos correctivos.
Detrás del festín carnicero y bestial de los últimos 25 minutos del film (un señalamiento in-your-face a todos los creadores de estos actos monstruosos de inseguridad), en su obra Fargeat rinde sin disimulo homenaje a maestros del cine como David Cronenberg (desde la experimentación corporal), David Lynch (con un excelente diseño sonoro y efectos visuales que merecen su oportunidad en pantalla grande) y Stanley Kubrick (desde la pulcritud de sus estilizados planos geométricos), aportando como novedad la bajada de línea a los beauty standards con riesgos interesantes y un humor muy negro. Una combinación única a la que, a diferencia de sus referentes, solo pudo llegar una mujer que atravesó y entiende estas cuestiones, aunque las exponga desde un salvajismo, erotismo y mirada viril.
La película llega a Hollywood en un momento oportuno, con la hipérbole del grotesco estético en rostros rellenos de hialurónico y cuerpos esculpidos por el Ozempic. Aunque prometan resultados en tiempo récord, esas pócimas no prosperan la juventud eterna y, muchas veces, en señal de rechazo y maltrato, el cuerpo se purga y devuelve todo lo contrario.
En el aviso de The Substance la oferta es demasiado tentadora como para poner lupa en la letra chica: la ganancia tiene un costo. Aunque uno ''es el mismo'' durante el proceso de transformación, ya desde el momento en que decide probarlo queriendo ser otro, no es el mismo…algo se quiebra por dentro, como en el tajo en la espalda de Elizabeth o la grieta en su placa gastada de celebrity, surgida del polvo de estrella y lapidada entre el polvo de cemento y suciedad.
La sustancia entra en el cuerpo y lo transforma a su necesidad, fagocita la materia, pensamiento y emociones hasta dejarlo sin reservas originales. Cuando no hay más, pide salir a buscar, aunque eso implique que las Cenicientas se rebajen a los peores términos…llegando a la fiesta sin carroza, en una calabaza podrida o a rastras.
Con todo lo que no menciona el comercial en off pero viene en el prospecto, aún así, ¿sigue valiendo la pena consumir la sustancia? ¿Seguirías comprándola solo por sentir un pequeño y efímero momento de placer y gloria? ¿Hace falta un pinchazo de dolor para caer en la realidad y valorar las bases y en quién nos convertimos?
Otras películas similares para ver:
Body Double (1984) - Brian de Palma
Carrie (1976) - Brian de Palma
The Fly (1986) - David Cronenberg
Dead Ringers (1988) - David Cronenberg
Crimes of the Future (2022) - David Cronenberg
Maps to the stars (2014) - David Cronenberg
Requiem for a Dream (2000) - Darren Aronofsky
All About Eve (1950) - Joseph L. Mankiewicz
The Elephant Man (1980) - David Lynch
Mulholland Drive (2001) - David Lynch
Pearl (2022) - Ti West
The Shining (1980) - Stanley Kubrick
Sick of Myself (2022) - Kristoffer Borgl
The Neon Demon (2016) - Nicolas Winding Refn
Nip /Tuck (2003-2010) - Ryan Murphy
Dead Alive (1992) - Peter Jackson
Re-Animator (1985) - Stuart Gordon
Society (1989) - Brian Yuzna
Body Melt (1993) - Philip Brophy